Los proveedores de buzones miran la dirección IP del tráfico entrante y hacen seguimiento de su reputación. Contar con tu propia IP dedicada significa que en su reputación solo influyes tú. Esto es importante, porque uno de los principales factores que determinan qué emails llegan a las bandejas de entrada y cuáles se ven bloqueados o desviados por un filtro es la reputación de la dirección IP que envía el email. Además, con una IP dedicada es más fácil diagnosticar las causas fundamentales de los problemas de entregabilidad y solicitar a controladores externos de correo que pongan tu IP en la lista de permitidos.
La otra opción es tener una dirección IP compartida, es decir, que es la misma para muchos remitentes distintos. Con esto, lo que haga uno de los remitentes con su email afecta a la reputación de todos los demás. Ten en cuenta que, para ofrecer una dirección IP dedicada, la mayoría de los proveedor de servicios de internet exigen un volumen de al menos 150 000 emails al mes y 5 000 al día. Se aplica este criterio porque no se considera que una IP con un volumen inferior a esto tenga una buena reputación. Por ello, a veces es necesario utilizar IP compartidas, ya que no todos los remitentes tienen caudal de email suficiente como para justificar una IP dedicada.
Para disponer de una dirección IP dedicada, lo primero es asegurarte de elegir un proveedor de servicios de envío de emails que las ofrezca. A continuación:
RESULTADO
Si tienes volumen de email suficiente para una dirección IP dedicada, tu capacidad de llegar a la bandeja de entrada no se verá influida por las conductas de otros remitentes sino que dependerá exclusivamente de tus propias prácticas de obtención de contactos y segmentación de destinatarios.